Sirviendo a Dios en espíritu y verdad: el ejemplo del apóstol Pedro.
- Chris BANDZOUZI MALOUONA

- 26 sept
- 1 Min. de lectura
En las Escrituras, el apóstol Pedro es a quien Cristo elige como la "roca" sobre la que edificará su iglesia. Esta elección no es insignificante: Pedro simboliza la verdadera fe a pesar de sus imperfecciones humanas. Contrariamente a las normas modernas que a menudo equiparan el servicio divino con la moralidad perfecta, el ejemplo de Pedro nos recuerda que Dios no busca personas perfectas, sino almas sinceras y decididas.

Pedro no era un erudito distinguido ni un hombre de fe; era simplemente un humilde pescador que enfrentó momentos de cuestionamiento e incluso de negación de Cristo, y fracasó al intentar caminar sobre las aguas siguiendo sus órdenes. Sin embargo, Cristo lo eligió por su sinceridad y su valentía para ser auténtico a pesar de sus debilidades. Dios no nos pide que seamos perfectos ante el mundo; simplemente nos invita a tener una fe auténtica, aunque sea inestable.
A través del ejemplo de Pedro, Dios nos invita a servir con sinceridad, en espíritu y en verdad. Como diamantes en bruto, es bajo la mano del Creador que encontramos nuestra verdadera forma, cuando aceptamos abandonarnos a él. Que nuestra fe, incluso con imperfecciones, se transforme en un homenaje ofrecido a Aquel que moldea nuestras vidas con ternura y perseverancia.






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